domingo, 8 de marzo de 2020

8 DE MARZO DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER


Son poderosas por naturaleza; seres valientes, inteligentes y aguerridos que nacen de pie con las alas extendidas mirando al cielo. Sus batallas, proporcionales a su edad, son siempre colosales; a pesar de ello, saben librarlas con tesón y superlativa nobleza.

Nos superan en todo. Su independencia cuando niñas es conmovedora; crecen casi por sí solas, sin mayores cuidados ni complicaciones. Su biología es de acero, fuerte como un roble, tanto que las enfermedades las rozan, las tocan y las dejan. Emocionalmente, crecen primero, maduran primero; se hacen mujeres mucho antes que nosotros empezamos a sentirnos hombres y en el colmo de su grandeza, simulan como una dama cariñosa que somos iguales para no dañar nuestro creciente ego.


Sus deméritos, si acaso fueran ciertos, son una invención nuestra. Nos hemos repetido tantas veces que una mujer es débil que terminamos acostumbrados y convencidos de ello; lamentablemente y con cierta malicia, fuimos dejando de lado la diferencia sustancial que existe entre fragilidad y fuerza. Esta última es una virtud útil entre los animales inferiores; el más fuerte físicamente hablando será quién dominará al grupo. Entre los seres pensantes, la fuerza física es innecesaria; una mujer no requiere la capacidad física de un hombre, su mente y sus ideas siempre fueron y serán capaces de construir el futuro. Su fragilidad, por el contrario, tan denostada y mal entendida es una virtud sublime, es el complemento perfecto para un espíritu blindado, lo opuesto totalmente a nosotros que muchas veces ocultamos nuestras debilidades bajo el telón de los puños.

Un hombre sólo se extravía en el mundo y en el tiempo, una mujer sola crece, aprende, se fortalece, explora y construye. Se desprende con facilidad de lo propio para ponerlo al servicio de los otros. Su coraje es inconmensurable. Han sabido vencer en mundo con reglas escritas en su contra. Han enfrentado la tiranía del ego y han sabido salir adelante. Han permitido la evolución de la ciencia, el conocimiento y la vida, aunque sus nombres no hayan generado tantos titulares. Son el pilar alrededor del cual gira nuestro mundo. Son el primer sonido que escuchamos y la primera mirada protectora. Lo paradójico es que muchos hombres se atreven, irracionalmente motivados, a llamarlas “inferiores”.

Estas líneas son para ustedes, para conmemorar que un 8 de marzo, un grupo de “frágiles”, “débiles” “inferiores” mujeres fueron capaces de cambiar “nada más que” el destino laboral de mundo. Estas líneas son para ustedes, para la mujer que sola y sin ayuda de un hombre, convirtió la graduación de sus hijos en su realización personal máxima; estas líneas son para ustedes, para la mujer que en este momento, rinde un examen; para aquella que venciendo su timidez enfrenta retos; para las exitosas que en su andar van abriendo el camino; para las hijas que noche a noche velan el sueño de un padre enfermo; para la hermana que reparte sus sueños entre sus hermanos.



Para finalizar, mis disculpas por lo que pasa, porque nada justifica la violencia porque nada justifica tanta muerte. Espero profundamente haber podido recoger desde mi limitada mirada de hombre, desde lo simple de mi espíritu o desde lo elemental de mi pensamiento, la grandeza de existencia.




Robinson Cruz
Director IIDENUT
Nutricionista Clínico
Especialista en Bioquímica Nutricional


DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
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