El
Síndrome de Realimentación (SR) es una entidad clínica que de presentarse
incrementa significativamente la mortalidad de los pacientes. El termino SR se
emplea para describir todas las alteraciones metabólicas que se presentan a consecuencia de
la reintroducción rápida de nutrientes tanto por vía enteral (oral o por sonda)
como parenteral en personas que por alguna razón han afrontado un estado de
ayuno prolongado. Involucra básicamente dos
aspectos: la alteración de los niveles de algunos micronutrientes (fósforo,
magnesio, potasio y tiamina) y la alteración del volumen de agua extracelular.
No
obstante lo citado, deben existir algunas condiciones previas que generan el
entorno propicio para que se desarrolle el SR. A continuación comentamos
brevemente las más importantes:
1.
Después de varios
días de ayuno, en el cuerpo se desarrollan una serie de eventos adaptativos con
el objetivo de proteger a los órganos vitales. Conforme las reservas de glucógeno
desaparecen, la glicemia disminuye y por ende la insulina también. En
respuesta, se incrementan los niveles plasmáticos de las hormonas de contra
regulación (glucagon, adrenalina, cortisol y hormona de crecimiento) con el
objetivo de producir glucosa nueva destinada
a los órganos glucodependientes y cuerpos cetónicos destinados a los demás
órganos corporales. Si el ayuno persiste, la masa proteica muscular va
contrayéndose paulatinamente (pierde aminoácidos que van al hígado para ser
convertidos en glucosa nueva), se produce resistencia a la insulina en el
músculo esquelético (para que la glucosa recientemente producida no sea
recapturada por el músculo) y se incrementa el volumen de agua extra celular
(la reducción del tamaño de los miocito debido a la pérdida de proteína también
produce una gran liberación de agua que se acumula en el espacio extracelular).
2.
Los niveles de algunos
micronutrientes en plasma no reflejan el estado de los almacenes corporales. Como
se ha comentado líneas arriba el fósforo, magnesio, potasio y tiamina están íntimamente
relacionados con la aparición del SR. Estos micronutrientes se encuentran
ampliamente distribuidos en el cuerpo; sin embargo, solo una fracción muy
pequeña de los mismos circula a nivel plasmático, la mayor parte de sus
almacenes se encuentran en el espacio intracelular (más del 98%). En una
situación de ayuno o desnutrición, la reducción de la masa celular afecta
significativamente las reservas corporales de estos micronutrientes (a menor
masa celular, menor contenido global de los mismos); ahora bien, como la cantidad
que circula en sangre solo representa un parte pequeña del total guardado en el
cuerpo, sus niveles plasmáticos suelen ser normales o casi normales en todo
momento.
3.
El fósforo,
magnesio, potasio y tiamina participan en mecanismos claves para la producción
de energía y otros procesos orgánicos. El fósforo es fundamental para la
formación de ATP y de algunos intermediarios de importancia metabólica como el
AMPc o el 2,3 BPG; el magnesio es un
cofactor de diferentes enzimas que participan de la fosforilación oxidativa en
la cadena respiratoria (lugar donde los electrones y protones liberados en el
ciclo de Krebs son convertidos en ATP y agua) y en la activación de la bomba de
sodio y potasio; el potasio regula los proceso de contractibilidad muscular y
la tiamina es fundamental para la conversión de piruvato en acetil CoA (punto
de partida del ciclo de Krebs).
En
resumen, durante el ayuno se reduce la
masa magra, aumenta el volumen de líquido extracelular, las reservas de fósforo, magnesio, potasio y tiamina,
aunque normales en sangre son prácticamente inexistentes en el cuerpo y se
reduce significativamente la sensibilidad a la insulina en el músculo
esquelético.
Con
la reintroducción de nutrientes, sobre todo la glucosa, se incrementa la
glicemia y la insulinemia; se reducen los niveles plasmáticos de las hormonas
de contra regulación con lo cual se detienen los procesos catabólicos y mejora significativamente
la sensibilidad a la insulina. El incremento de la insulina y su sensibilidad
activa los procesos anabólicos de almacenamiento y los procesos metabólicos relacionados
con la generación de energía.
En
este nuevo escenario, la glucosa empieza a ingresar con rapidez a todas las células
corporales incrementando de esta manera las demandas de fósforo necesario para
la formación de ATP en las primeras fases de la glucolisis y en la cadena
respiratoria; de tiamina necesaria para la conversión de piruvato en Acetil CoA
al inicio del ciclo de Krebs; de magnesio para la conversión de electrones en
ATP y para la activación de la bomba de protones; y de potasio necesario para
regular la contractibilidad de las membranas celulares que vuelven más activas
con el objetivo de captar la mayor cantidad de nutrientes. Ahora bien, como Usted
debe estar leyendo y pensando ¿por qué y cuándo aparecen las manifestaciones
clínicas del SR si se supone que con el Soporte Nutricional también viene una
dotación de fósforo, magnesio, tiamina y potasio? En primer lugar, las células
corporales no captan la glucosa con la misma velocidad, por lo tanto, en un
momento determinado algunas células habrán captado más glucosa y más potasio,
magnesio, potasio y tiamina, mientras que otras se habrán quedado con casi
nada; segundo, la cantidad de estos elementos presentes en 1000 o 2000 Kcal es
insuficiente como para pretender reponer los almacenes previamente agotados.
Las
manifestaciones clínicas del SR son múltiples, siendo algunas de las más
dramáticas las siguientes:
a. La hipofosfatemia
produce alteracción de la contractibilidad cardíaca que puede llevar a
arritmias y muertes súbitda, así como alteraciones en la formación de 2,3 BPG
compuesto clave para la liberación de oxígeno transportado por la hemoglobina.
b. El déficit de
tiamina lleva a la acumulación de piruvato y por ende ácido láctico generando
un estado de acidosis metabólica
c. la hipomagnesemia
reduce la eficiencia orgánica para producir ATP en la cadena respiratoria y
además, disminuye la activación de la bomba de sodio y potasio disminuyendo de
esa manera el ingreso de potasio dentro de la célula
d. La hipopotasemia
afecta la contractibilidad de las membranas afectando todavía más la función
cardiaca y gastrointestional pudiendo producir ileo paralítico.
e. La elevación de la
insulina estimula la retención de sodio
y agua, lo cual, incrementa todavía más el volumen de agua extracelular y puede
complicar mucho más la función cardiovascular.
Finalmente, cabe señalar que todo lo
descrito es perfectamente prevenible y manejable tomando en cuenta tres
premisas básicas: i) la administración de nutrientes debe hacerse de manera
paulatina y con criterio profesional; ii) la suplementación de los
micronutrientes afectados previo a la introducción del Sorpote Nutricional (en
algunos casos solo basta con una introducción lenta) ; iii) una monitorización
constante de la bioquímica Nutricional del paciente
Robinson
Cruz
Director
IIDENUT
Nutricionista
Clínico
Especialista
en Bioquímica Nutricional
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DE PRINCIPIOS
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