Los riñones llevan a cabo funciones diversas que,
de alguna manera, se pueden agrupar en 3 categorías: excretoras, reguladoras y
endocrinas. En este contexto, los riñones participan en procesos complejos que
van desde la excreción de la urea formada a partir de los desechos de nitrógeno
provenientes de la metabolización de proteínas o de la creatinina formada a
partir del metabolismo de la creatina fosfato -una de las formas de almacén
energético de los músculos- hasta la síntesis del metabolito activo de la
vitamina D -el calcitriol-, pasando por la regulación de los niveles
plasmáticos sodio y potasio.
Los problemas que afectan la función renal tienen grados variados de
complejidad. La litiasis renal y las infecciones a las vías urinarias son
probablemente dos de los problemas más comunes del sistema renal y los que
menos mortalidad presentan. Aunque no
existe una causa clara para el desarrollo de litiasis renal, si se han
identificado factores predisponentes: intrínsecos y extrínsecos.
Intrínsicamente, la historia familiar de cálculos renales multiplica por 3 la
posibilidad de padecerlos, la obesidad -sobre todo en mujeres-, la Diabetes
Mellitus, la hipertensión arterial (HTA), el hipertiroidismo y la gota, incrementa
son otros factores que también incrementan este riesgo. Extrínsecamente, el
consumo reducido de agua por diversas circunstancias y el consumo reducido de
fuentes alimentarias de calcio incrementan significativamente el riesgo de
padecer cálculos; debe recordarse que el calcio quela el exceso de oxalato a
nivel intestinal y evita que llegue a la sangre y por allí al riñón; los
cálculos de oxalato de calcio son los más prevalentes, alrededor del 60% (1).
La lesión renal aguda, por otro lado, es una patología común a nivel
hospitalario con un impacto en la morbi-mortalidad de los pacientes tan alto
como aquellos del infarto agudo del miocardio, la injuria pulmonar o la sepsis
severa (2). En relación al aporte de
energía, el cálculo ideal debería hacer a partir de calorimetría indirecta no
obstante, existen fórmulas de regresiones con buenos márgenes de confiabilidad;
tratándose de una enfermedad inflamatoria la relación calorías no proteínas por
gramo de nitrógeno no debería superar el rango de 80-120 al inicio del
tratamiento. El aporte de proteínas es variado; es controlado alrededor de
0-8g/kg/d si no hay terapias de reemplazo renal (TRR) de por medio y puede
subir tanto como 1.5g/kg/d en el contexto de una TRR. El aporte de lípidos se
sitúa entre 0.8g/kg/d y nunca más de 1.5g/kg/d. El aporte de carbohidratos
varia entre 4-6g/kg/d y está en relación directa con los valores de glicemia (3).
La Enfermedad Renal Crónica es la que presenta mayor prevalencia,
mortalidad, discapacidad y mayores costos asociados; está ubicada entre las 20
primeras causas de años de vida a nivel global (4) y aunque en el Perú no existe información definitiva se calcula
que afecta a aproximadamente al 10% de la población, lo que indica que muchas
personas conviven con la enfermedad, pero no han sido diagnosticas
oportunamente. La ERC está definida por las alteraciones en la estructura o
función renal durante por los menos 3 meses: un filtrado glomerular estimado
(FGe) inferior a 60 ml/min/1,73 m2 o de lesiones renales estructurales
(alteraciones histológicas en la biopsia renal) o funcionales (albuminuria, alteraciones
en el sedimento urinario o en las pruebas de imagen) que puedan provocar
potencialmente un descenso del FGe (5).
La ERC se produce por la necrosis de las unidades funcionales que integran el
riñón, las nefronas; y su progresión está en relación directa con el número de
nefronas funcionantes (tabla 1).
Tabla 1. Estadios de la
Enfermedad Renal Crónica
Estadio
|
TFG (ml/m/1.73m2)
|
Descripción
|
1
|
> 90
|
Normal alto
|
2
|
60-90
|
Levemente disminuido
|
3a
|
45-59
|
Descenso leve-moderado
|
3b
|
30-44
|
Descenso moderado-grave
|
4
|
15-29
|
Descenso grave
|
5
|
< 15
|
Falla Renal
|
Fuente:
Referencia 5
La incidencia y la gravedad de las complicaciones de la ERC se hacen
evidentes a partir del estadio 3 y se van intensificando conforme la enfermedad
progresa hacia estadios mayores (tabla 2).
Tabla 2. Complicaciones de la ERC
Sistema
|
Problema
|
Hidroelectrolíticas
|
Hipernatremia y a veces hiponatremia; hiperpotasemia; acidosis
metabólica; hipocalcemia-hiperfosfatemia; hipermagnesemia;
|
Cardiovasculares
|
HTA, pericartitis,
|
Hematológicas
|
Anemia, disfunción plaquetaria, déficit inmunitario
|
Endocrinológicas
|
Talla corta, dislipidemias, hiperglicemia, alteración de la insulina
|
Neurológicas
|
Encefalopatía urémica
|
Gastrointestinales
|
Hiporexia, gastritis, úlceras
|
Locomotor
|
Osteodistrofia renal
|
El manejo nutricional en estas circunstancias es difícil y complejo.
La energía que se requiere es normalmente muy alta; mientras que el aporte de
proteína se tiene que restringir paulatinamente. Aunque se han establecido
rangos seguros entre 0.6-0.8 g/kg/d existen situaciones en las que estos
valores pueden ser reducidos mucho más. Un aporte alto de energía y una
restricción importante de proteína produce valores “extraños” de relación
calorías no proteicas por gramo de nitrógeno que podrían confundir a cualquier
experto. El aporte de carbohidratos es más constante y estable que en la lesión
renal aguda porque la glicemia también se mantiene más estable. Dada la
cronicidad de esta enfermedad es inevitable, mucho más cuando no hay una
consulta nutricional especializada de por medio, que aparezcan otros problemas
asociados: acumulación plasmática de potasio, sodio (aunque también puede estar
bajo), magnesio, fósforo -menos evidente cuando la dieta es restrictiva en
proteína-, alteración del sistema de contra regulación paratohormona-calcitriol,
anemia severa, el síndrome cardio renal, entre decenas de situaciones.
Comentario aparte, los pacientes normalmente están sometidos a restricción
hídrica, entonces, ¿Cómo hacer para que la dieta le proporcione todo lo que
requiere en un volumen restringido, sin recurrir a fórmulas que muchas veces no
están disponibles en el mercado por escasez o costo?
Las TRR son la última línea terapéutica e irreversible en la
enfermedad renal crónica; en la lesión renal aguda son solo una opción pasajera
que solo toma en cuenta a la diálisis. Debe quedar claro que la mayoría de
paciente con ERC que llegan a TRR son pacientes que arrastran todos o casi
todos los problemas citados líneas arriba; a ellos se debe sumar los que se
desprenden del proceso mismo de la TRR (6)
Las TRR incluyen a la diálisis y el trasplante de riñón, siendo este
último, la terapia ideal. Cada una de las TRR presenta características
distintivas que les otorgan ventajas y desventajas, dependiendo del tipo de
paciente que se está manejando. Las TRR están indicadas en pacientes con ERC en
estadio 5 que no responden a la dieta y en consecuencia presentan uremia,
desnutrición o neuropatía urémica, entre algunas de las condiciones más
importantes (tabla 3).
Tabla 3. Terapias de
reemplazo renal
Terapia
|
Tipo
|
Sub-tipo
|
Diálisis
|
Hemodiálisis
|
HD bajo flujo (convencional)
|
HD alto flujo
|
||
Hemodiafiltración
|
||
Peritoneal
|
Continua ambulatoria
|
|
Automatizada
|
||
Trasplante renal
|
Tanto en la hemodiálisis como en la diálisis peritoneal el aporte de
energía es normalmente alto. En relación a la proteína, la hemodiálisis demanda
menos proteínas que la diálisis peritoneal, por lo tanto, la indicación de
proteína también puede variar, indicándose entre 0.8g/kg/d para la hemodiálisis
y entre 1.0-1,3 g/kg/d para la diálisis peritoneal. Las consideraciones para
los demás macronutrientes no varían de manera importante. Por otro lado, el
manejo de electrolitos puede “flexibilizarse” ligeramente, pero también se debe
resaltar que es muy variable y puede cambiar a diario en función de la
respuesta del paciente. En estos casos, el seguimiento especializado representa
elaborar indicaciones nutricionales para los días sin diálisis (para el caso de
la hemodiálisis), para el día previo a la diálisis, para el día post diálisis,
entre otros.
Como se puede ver el manejo bioquímico-clínico-nutricional de un
paciente con enfermedad renal es bastante complejo. Más aún cuando en el
mercado latinoamericano en general escasean las fórmulas enterales
especializadas mismas que podrían hacer el tratamiento nutricional mucho más
efectivo y menos desgastante para el paciente.
Robinson
Cruz
Director
IIDENUT
Nutricionista
Clínico
Especialista
en Bioquímica Nutricional
Referencias
Bibliográficas
1.
Sarroca M, Acebes A. Litiasis Renal. AMF 2015;11(6):314-323
2. Lluncor J, Cruz M, Cieza J.
Factores asociados a injuria renal aguda en pacientes incidentes de un hospital
general de Lima-Perú. Rev Med Hered. 2015; 26:24-30.
3.
Yanowsky F, Pazarin, L, Andrade, J, Santana C, Zambrano M, Preciado
F, Galeno R. Soporte Nutricional en lesión renal aguda. Nutr.
clin. diet. hosp. 2017; 37(4):116-126
4.
Torres B, Olatz J, Luis D. Abordaje
nutricional del paciente con diabetes mellitus e insuficiencia renal crónica. A
propósito de un caso.
5.
KDIGO 2012 Clinical Practice Guideline for
the Evaluation and Management of Chronic Kidney Diease. volume 3 | issue 1 | JANUARY 2013
6.
Pereira J, Boada L, Peñaranda D, Torrado Y.
Diálisis y hemodiálisis. Una revisión actual según la evidencia. Rehabilitar
Cúcuta IPS. Grupo de investigación rehabilitar.
DECLARACIÓN
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Muy interesante
ResponderEliminarGracias, me ha ayudado a entender más el tema
ResponderEliminarmuy buen tema
ResponderEliminarGracias por sus aportes.
ResponderEliminarGracias,muy interesante, me ayudo a entender mas sobre este tema.
ResponderEliminarMuchas gracias, muy interesante
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