La Enfermedad Renal Crónica (ERC) en cualquiera de sus estadios, genera un cuadro de
desequilibrio metabólico que pone a prueba de manera permanente las capacidades
Clínicas del Nutricionista/Nutriólogo. El tratamiento Nutricional de la ERC
está lleno de contrastes y situaciones extremas que hacen de esta enfermedad un
reto constante. Solo por citar uno de muchos ejemplos parecidos: por un lado,
el manejo de la enfermedad puede requerir la restricción severa del volumen
administrado; mientras que a la vez y por el contario, demandar un aporte
elevado de energía.
En este contexto,
la relación entre el aporte de proteínas y de fósforo constituye también un
problema de difícil manejo sobre todo en los estadios de diálisis. En los
estadios iniciales de ERC e incluso en los estadios avanzados pre-diálisis
cuando la restricción de proteínas se hace más estricta, el manejo del aporte
de fósforo es relativamente sencillo por una razón:
mientras menos proteína consume la persona, menos fósforo ingerirá porque el contenido de fósforo de los alimentos es proporcional a su contenido de proteína. Sin embargo, con el inicio de la diálisis en cualquiera de sus formas, también se incrementan las necesidades de proteína, lo cual, lamentablemente también incrementa el consumo de fósforo (NOTA. La hiperfosfatemia está asociada con mayor mortalidad en pacientes en diálisis).
mientras menos proteína consume la persona, menos fósforo ingerirá porque el contenido de fósforo de los alimentos es proporcional a su contenido de proteína. Sin embargo, con el inicio de la diálisis en cualquiera de sus formas, también se incrementan las necesidades de proteína, lo cual, lamentablemente también incrementa el consumo de fósforo (NOTA. La hiperfosfatemia está asociada con mayor mortalidad en pacientes en diálisis).
La relación fósforo/proteína
es muy sencilla de obtener: se divide la cantidad de proteína por 100 g de
alimento entre su contenido de fósforo, también en 100 g de alimento. Por
ejemplo, 100 cc de leche entera de vaca poseen 92 mg de fósforo y 3.2 g de proteína;
al efectuar la división 92/3.2 se obtiene una relación fósforo/proteína de
30.06
Las guías K/DOQI recomiendan una relación ideal por alimento
consumido de 10-12 mg de fósforo por gramo de proteína; se maneja como consumo
promedio aceptable 12-16 mg de fósforo por gramo de proteína (1) y se sugiere que se evite en lo
posible alimentos con una relación mayor a 16 mg de fósforo por gramo de proteína.
En la tabla 1 hemos seleccionado algunos alimentos de consumo
frecuente que pueden servir para graficar la utilidad de la relación fósforo/proteína.
El arroz blanco cocido, por ejemplo, posee una relación dentro de los límites
aceptable; mientras que la clara de huevo presenta la mejor de todas las
relaciones. Por el contario, la leche entera y con los lácteos en general
presentan relaciones muy por encima de lo máximo aceptable, por lo cual, su
consumo debe ser restringido.
Tabla 1.
Relación
fósforo proteína de algunos alimentos.
Alimento
|
Proteína*
(g)
|
Fósforo*
(mg)
|
Relación
|
Arroz blanco crudo
|
7.8
|
134
|
17.2
|
Arroz blanco cocido
|
2.4
|
30
|
12.5
|
Pan blanco
|
8.4
|
101
|
12.0
|
Carne de pollo
|
21.4
|
173
|
8.1
|
Carne de res
|
21.3
|
208
|
9.8
|
Leche entera
|
3.1
|
94
|
30.3
|
Clara
|
10.3
|
15
|
1.5
|
Lentejas chicas crudas
|
22.6
|
375
|
16.6
|
lentejas chicas cocidas
|
6.4
|
80
|
12.5
|
Fuente:
Referencia 1
*Los
contenidos están expresados por 100 g de alimento
No obstante lo citado, la relación fósforo/proteína debe servir
como referencia importante pero no definitiva por las siguientes razones: i) los
alimentos no solo contienen proteinas y fósforo, contienen también potasio y
sodio que igualmente deben ser vigilados en el contexto de la ERC; la morcilla
por ejemplo tiene una relación de 4 mg de fósforo por gramo de proteína, pero
su contenido de sodio es significativamente elevado; ii) los alimentos
procesado pueden contener fósforo bajo la forma de persevantes que no
necesariamente son expresados en las tablas de información nutricional del
etiquetado; y finalmente iii) no existe información sobre la tasa de
biodisponibilidad del fósforo presente en los alimentos procesados.
Robinson
Cruz
Director
IIDENUT
Nutricionista
Clínico
Especialista
en Bioquímica Nutricional
Referencias
Bibliográficas
1. National Kidney
Foundation. K/DOQI clinical practice guidelines for bone metabolism and disease
in chronic kidney disease. Am J Kidney Dis 2003;42(4 suppl 3):S1-202.
2. Instituto Nacional de Salud (Perú). Tablas
peruanas de composición de alimentos / Elaborado por María Reyes García; Iván
Gómez-Sánchez Prieto; Cecilia Espinoza Barrientos;
Fernando Bravo Rebatta y Lizette Ganoza Morón. – 8.ª ed. --
Lima: Ministerio de Salud, Instituto Nacional de Salud, 2009. 64 p.
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Robinson recibe un cálido saludo desde Tarapoto, cuando habra otro seminario me entere tarde del 10 d e junio y no halle vacante en este verano .Que sigan los exitos
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