La
Evaluación del Estado Nutricional es una actividad inherente al profesional de
la Nutrición (Nutricionista o Nutriólogo dependiendo de la denominación del
país). Su ejecución prolija y bien
estructurada brinda información vital de cara a la implementación de
estrategias de Cuidado o Tratamiento Nutricional según se trate de un sujeto
aparentemente sano o enfermo, respectivamente.
Sin embargo y a pesar de la importancia que puede tener dentro del
trabajo diario del Nutricionista/Nutriólogo, el Procedimiento de Evaluación
Nutricional todavía sigue circunscribiéndose casi de manera exclusiva a la
evaluación de algunos índices
antropométricos (peso para la talla, talla para la edad, índice de Masa
corporal o algunos pliegues) y/o la aplicación de un par de cuestionarios de
consumo (recordatorio de 24 horas o frecuencia alimentaria)
En
este contexto y desde hace varios años, venimos promoviendo una propuesta que define a la
Evaluación Nutricional como un “proceso dinámico y estructurado con bases
científicas”. Esta Evaluación Nutricional consta de 9 pasos mismos que, aunque
han existido individualmente desde hace mucho tiempo, presentan como
contribución de IIDENUT el orden en el cual deben aplicarse y la forma en la cual
se debe utilizar y relacionar la información con el objetivo de alcanzar un
Diagnóstico Nutricional sólido que permita establecer una estrategia de Cuidado
o Tratamiento Nutricional sustancialmente exitosa. El procedimiento de Evaluación Nutricional
desarrollado por IIDENUT consta de 9 pasos (los 6 primeros de cumplimiento
obligatorio en cualquier situación clínica) citados a continuación:
Paso 1.
Evaluación de Signos Clínicos de Deficiencias y/o Excesos Nutricionales
Paso 2. Evaluación de la Interacción entre Nutrientes y Fármacos
Paso 3. Evaluación de la Ingesta Alimentaria y de los factores que pueden afectarla
Paso 4. Evaluación de la Actividad Física
Paso 5. Evaluación del Crecimiento y/o la Composición Corporal
Paso 6. Evaluación de la Bioquímica Nutricional
Paso 7. Evaluación de la Reserva Visceral
Paso 8. Evaluación del Componente Inmunológico
Paso 9. Evaluación del Componente Catabólico
Paso 2. Evaluación de la Interacción entre Nutrientes y Fármacos
Paso 3. Evaluación de la Ingesta Alimentaria y de los factores que pueden afectarla
Paso 4. Evaluación de la Actividad Física
Paso 5. Evaluación del Crecimiento y/o la Composición Corporal
Paso 6. Evaluación de la Bioquímica Nutricional
Paso 7. Evaluación de la Reserva Visceral
Paso 8. Evaluación del Componente Inmunológico
Paso 9. Evaluación del Componente Catabólico
Ahora
bien, ¿Qué puede motivar a un Nutricionista/Nutriólogo para emplear este
procedimiento como ya lo vienen haciendo cientos de profesionales de la Nutrición?
¿Qué podría justificar el hecho de dejar de emplear un procedimiento que
incluye pocas variables a uno que incluye muchas más? ¿Cuál podría ser razón
suficiente para emprender un proceso de actualización intenso para desarrollar
las capacidades que permitan aplicar esta nueva metodología? A continuación describimos algunas de ellas.
1. La forma tradicional de
Evaluación Nutricional es obsoleta y árida en cuanto a información. El Estado Nutricional de una
persona es el resultado del equilibrio que debe existir entre cientos de
factores. Es prácticamente imposible construir una conclusión sobre el mismo
contando solamente con la información que proporciona el IMC, otro índice
antropométrico o la información relacionada con el consumo. Está demostrado,
por ejemplo, que una persona con índices antropométricos en valores normales e
incluso con una dieta relativamente adecuada puede presentar deficiencias
nutricionales de micronutrientes ocasionadas por interacciones con medicamentos
y/o suplementos nutricionales.
2. A pesar de los pocos parámetros
que se han utilizado tradicionalmente, no ha habido consenso en relación a
cuáles serían los más apropiados.
Frente a la falta de consenso, la Evaluación Nutricional se ha personalizado de
una manera alarmante. Cada Nutricionista/Nutriólogo, en función de su nivel de
conocimiento o experiencia previa, ha utilizado uno u otro parámetro al momento
de la Evaluación nutricional. Esto ha originado que nuestras conclusiones serán
extremadamente volátiles sin forma posible de comparación entre ellas. Para un
profesional de la Nutrición puede ser suficiente emplear el Recordatorio de 24
horas más el IMC, el pliegue cutáneo tricipal y la albúmina; para otro
profesional de la Nutrición puede ser más importante aplicar una frecuencia de
consumo más el IMC, la circunferencia muscular del brazo y la hemoglobina; y
así sucesivamente. Probablemente en lo único que se ha alcanzado un
acuerdo tácito es en el empleo de IMC
cuando, para agravarlo todo, su poca sensibilidad (solo 25%) lo vuelve una
pésima herramienta de Evaluación Nutricional cuando se trata de individuo
enfermos.
3. La Evaluación Nutricional basada
en el IMC proporciona muy poca información que a la larga no es empleada al
momento de efectuar una Intervención Nutricional. Hace unos años nos pidieron
evaluar un trabajo de investigación sumamente interesante que lamentablemente y por razones
ajenas a los investigadores nunca fue publicado. El estudio era sencillo. Se
seleccionaron Nutricionistas de diferentes hospitales de tercer nivel; la
muestra involucrada era bastante significativa, de allí lo trascendental del
estudio. A estos profesionales se le hizo tres preguntas: "¿Cuáles son los
parámetros que suele emplear para Evaluar el Estado Nutricional de sus
pacientes? ¿Cuál de los parámetros elegidos tiene mayor relevancia para Usted?
¿Cuánto tarda en Evaluar a un paciente? y ¿Cuál es el parámetro que determina las
características del su Tratamiento Nutricional?". A
la primera pregunta, la mayoría respondió peso, talla, IMC y recordatorio de 24
horas; frente a la segunda pregunta, las respuestas estuvieron divididas entre
el recordatorio y el IMC; en la tercera pregunta, la respuesta fue en promedio
entre 30-40 minutos; a la cuarta pregunta, la respuesta fue casi unánime, el
único parámetro que importaba era el Diagnóstico Médico. Eso significaba que de
nada valía invertir 40 minutos en extraer información nutricional si a la
larga, lo único que importaba era si tenía una enfermedad u otra. De hecho que
es fundamental saber cuál es la enfermedad pero, el nombre de la misma, no
brinda información suficiente sobre cuál es el grado de afectación del Estado
Nutricional, por lo tanto, tomar como parámetro único la presencia de una u
otra enfermedad, no incrementa las probabilidades de plantear una Tratamiento
Nutricional exitoso, por el contario, las reduce.
4. El procedimiento de los 9 pasos
es integral, dinámico y abundante en información. El Estado Nutricional es el
resultado del balance que debe existir entre la energía que ingerimos y la que
gastamos, la proteína que ingerimos y la que utilizamos, de los minerales que
necesitamos y los que empleamos. El procedimiento de los 9 pasos registra
información directa e indirecta de prácticamente todos los parámetros
nutricionales de la persona: energía, macro y micronutrientes sin dejar escapar
a ninguno; por ejemplo, permite determinar el balance de energía, cuando averiguamos el
consumo y lo comparamos con la ingesta; permite calcular el balance de proteína
cuando valoramos la reservar proteica visceral o la albúmina con la ingesta;
permite identificar si un medicamento está generando déficit nutricionales cuando
evaluamos signos clínicos, etc. Manteniendo el mismo esquema, el procedimiento
de los 9 pasos se puede aplicar a cualquier individuo aparentemente sano o
enfermo, bajo cualquier situación clínica simple o compleja. Además, de la
manera en que ha sido diseñada la metodología, le permitirá al
Nutricionista/Nutriólogo integrar toda la información obtenida.
5. El procedimiento de los 9 pasos
te permite saber cuándo empezar el tratamiento, cómo empezarlo, con qué
empezarlo, como monitorizar la progresión y cuando decir que, Nutricionalmente,
el paciente está de alta.
Cada uno de los pasos, brinda información que permite dar respuesta oportuna a
cada una de las preguntas planteadas. El
paso 6: Bioquímica Nutricional no dará el fundamento objetivo para saber cuándo
iniciar el Tratamiento Nutricional así como también regular el aporte de los
nutrientes que administraremos incluso la forma estructural que deberán tener.
Por ejemplo, valores altos de urea y creatinina implican restricción de proteína,
valores bajos de creatinina, incremento de la proteína, niveles altos de
bilirrubina directa restricción de grasa, niveles reducidos de HDL incremento
de la proporción de grasa poliinsaturada, niveles altos de glicemia, implican
reducción del aporte de glucosa o la inclusión de maltodextrina, y así
sucesivamente. Los cambios en estos valores también nos permitirán decidir cómo
hacer las progresiones. El resto de los pasos, nos señalan uno por uno cuáles
serán los objetivos que deberemos alcanzar
para decir que el paciente se encuentra Nutricionalmente recuperado. Por
ejemplo, Si se detectan signos clínicos de deficiencias, deberán ser
corregidas; si se detecta que la forma de consumir un fármaco está generando
deficiencia de un nutriente habrá que aplicar las estrategias necesarias para
palear esa situación; si la dieta es inadecuada, deberá ser corregida; si el
paciente, no tiene actividad física, se deberá buscar que la incremente; si el
crecimiento y/o la composición
corporal fueran inadecuados, se deberá
buscar que el crecimiento no se detenga y que la composición corporal se ajuste
a valores normales, entre otras cosas. La corrección de todos estos elementos
determina el alta Nutricional del paciente.
6. El procedimiento de los 9 pasos
nos dará a todos los Nutricionistas/Nutriólogos lo necesario para estandarizar
aspectos tan controversiales como el tiempo que deber dura la consulta, el
equipamiento mínimo necesario o las capacidades clínicas que debe poseer el
profesional. Si
todos aplicamos el mismo procedimiento de Evaluación Nutricional podremos
llegar pronto a un consenso sobre el tiempo mínimo de atención requerido
(sugerimos mínimo 45 minutos para la primera atención a nivel hospitalario);
sobre cuáles son los equipos mínimos que se necesitan (actualmente se trabaja
básicamente con balanza, tallímetro y cinta antropométrica) y sobre qué es lo
que debemos fortalecer en nuestras capacidades para alcanzar una tasa mucho
mayor de éxito en nuestras intervenciones
Finalmente,
el diseño de esta metodología ha involucrado años de trabajo y validación; es
útil y funciona siempre y cuando se apliquen todos los pasos en el orden que
han sido sugeridos. Si empezamos a tomar en cuenta solo aquel que llame nuestra
atención, volveremos a caer en lo mismo, Evaluaciones Nutricionales
personalizadas que poco o ningún bien le han hecho a nuestra Profesión, por el
contrario han contribuido sistemáticamente a que no podamos alcanzar el posicionamiento
profesional que tanto anhelamos.
Posicionamiento profesional con una atención de calidad que considere todos los factores, excelente metodología!
ResponderEliminarSaludos.