Los
estudios de interacción fármaco Nutriente son relativamente nuevos; aunque los
primeros reportes sobre el tema datan de hace unos 50 años, recién con el nuevo
siglo la investigación en el área se sistematizaron e intensificaron. En la
actualidad, esta es un área del conocimiento que crece exponencialmente de
manera proporcional al número de nuevos medicamentos que aparecen en el mercado
y a la mejora en el conocimiento sobre las funciones y efectos de los nutrientes
y no nutrientes, respectivamente. No
obstante lo dicho, este tema sigue siendo subestimado a pesar de la enorme
utilidad preventiva y de tratamiento que puede proporcionarle al profesional de
la Nutrición. A continuación describimos 4 razones por las cuales un
profesional de la Nutrición debería conocer de interacción fármaco
nutriente.
1.
Saber de farmacología no significa saber
de interacción fármaco Nutriente. Definitivamente, entender de farmacología
es el primer paso para entender de interacción fármaco nutriente, sin embargo,
no es suficiente. Con la farmacología uno puede entender la acción y el efecto
de los medicamento pero no entender los mecanismos que permiten la acción y el
efecto de los Nutrientes; incluso con un conocimiento amplio de farmacología,
es difícil que un profesional pueda detectar un evento de interacción fármaco
nutriente si no conoce de manera adecuada los mecanismos bioquímicos que
permiten la utilización orgánica de los nutrientes.
2. Los medicamentos
pueden depletar considerablemente un número significativo de nutrientes. Los medicamentos
están diseñados para combatir los cambios bioquímicos que dan origen a las
enfermedades, no obstante, debido a sus características particulares o la forma
misma en que actúan pueden afectar las características naturales de los
nutrientes. Por ejemplo, las estatinas, un grupo de medicamentos empleados para
reducir el colesterol, pueden reducir significativamente la absorción de
vitaminas liposolubles; antibióticos como el ciprofloxacino o la tetrataciclina
pueden quelar el hierro y el calcio presente en los alimentos; o los depresores
de la producción de ácido gástrico como el omeprazol o la ranitidina pueden
afectar la digestibilidad de las proteinas presentes en los alimentos
3. Los nutrientes
o los alimentos pueden afectar las características normales de los medicamentos. Los nutrientes
o los alimentos, así como el estado de Nutrición pueden afectar las
características cineticas (liberación, absorción, distribución, metabolización
y excreción) de los medicamentos. Por ejemplo, el consumo de captopril
(antihipertensivo) junto con los alimentos puede reducir la absorción del
medicamento hasta en un 40%; el diacepam (ansiolítico) tiene un porcentaje de
unión a las proteínas mayor al 95% lo que significa que si una persona con hiproproteinemia consume una dosis estándar
podría presentar un efecto excesivo del medicamento; la atorvastatina
(antihiperlipemiante) consumida con fuentes de vitamina C o uva podría generar
rabdomiolisis,
4. Existen
situaciones en las cuáles ciertos los alimentos pueden potenciar la acción. Existen alimentos
que poseen sustancias no nutritivas capaces de producir efectos orgánicos
diversos, los cuales sumados a la acción farmacológica de los medicamentos
pueden producir eventos de antagonismo o sinergismo; en algunos casos muy
severos. El ajo posee sulfidos anticoagulantes sumamente potentes; se ha
demostrado que consumir un diente (4g) de ajo diario puede duplicar el tiempo de sangría lo cual
potenciaría el efecto del medicamentos anticoagulantes como la warfarina; el
consumo de salsa de soya (contiene aminas presoras) puede antagonizar con el
uso de hipotensores como el nifedipino.
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