martes, 6 de mayo de 2014

LA NUTRICIÓN EN LA COMUNIDAD

EDITORIAL PUBLICADA EN REVISTA RENUT EN AGOSTO DEL 2008
 
Trabajar en un hospital haciendo “Nutrición Clínica” o trabajar fuera de él haciendo “Nutrición comunitaria” ha sido, y probablemente seguirá siendo, una de las principales interrogantes que rondan la cabeza de quién acaba de graduarse como Nutricionista. En realidad, por muchos años estas han sido las dos únicas alternativas de trabajo disponibles para el ejercicio profesional. Gratamente, en la última década han venido apareciendo una serie bastante amplia de posibilidades que han incrementado el abanico de opciones que tiene el Nutricionista para trabajar, sin embargo la disyuntiva entre hacer nutrición clínica o nutrición comunitaria persiste.
 
Primera pregunta ¿Qué significa o qué se entiende comúnmente por “Nutrición clínica” o por “Nutrición Comunitaria”? Cuando se habla de Nutrición clínica normalmente se hace referencia al trabajo que el Nutricionista desarrolla dentro de un hospital, es decir una labor eminentemente recuperativa del paciente. El profesional acompaña la evolución del mismo aportando ideas dentro del contexto del equipo multidisciplinario. El trabajo es individualizado y la opinión del Nutricionista determina las características del tratamiento nutricional al cual será sometido el enfermo. Desde este punto de vista, la Nutrición clínica es por cierto estimulante puesto que le brinda al profesional la posibilidad de monitorizar en poco tiempo y de manera muy directa la evolución de su paciente.
 
Cuando se habla de Nutrición comunitaria las primeras ideas que emergen en la mente del recién estrenado profesional son una comunidad alejada donde no existen caminos para transitar ni es fácil acceder a ella; charlas utilizando papelógrafos y/o maquetas para enseñarle a una población escéptica las ventajas de una alimentación balanceada; trabajos de investigación y/o de intervención donde los resultados de los ajustes hechos difícilmente se ven en el corto plazo; trabajo administrativo que involucra la revisión de una serie de políticas, estrategias y planes que muchas veces no son congruentes con la realidad. Con estas premisas, la Nutrición comunitaria está por decirlo menos, alejada de las expectativas de la mayoría de los nutricionistas.
 
Segunda pregunta ¿Tiene algún beneficio trabajar en comunidad? Por años, los nutricionistas recién egresados han visto con desdén el trabajo comunitario. Además, tanto los antiguos como los nuevos, han reclamado de modo timorato, casi siempre, un mayor reconocimiento a nuestra labor profesional a través de mejoras en las condiciones de empleo y sueldo, así como ampliación de nuevos puestos de trabajo en áreas consideradas prioritarias para el desarrollo del país y que usualmente están en manos de otros profesionales de la salud. Recientemente, el auge económico del Perú impulsado por las inusualmente altas cotizaciones de los minerales en el mercado mundial y la consolidación de una todavía joven industria agroindustrial y textil, han hecho que el flujo de capitales hacía las regiones se incremente considerablemente por lo que se han empezado a solicitar nutricionistas para encargarse de programas nutricionales. Sin embargo, la mayor parte de estas vacantes han sido tomadas por otros profesionales de la salud porque el número de nutricionistas que se presentaron a las convocatorias fue pequeño a pesar de que la difusión fue oportuna.
 
Resulta irónico como después de solicitar tantas veces que los programas de nutrición estén en manos de Nutricionistas, la primera oportunidad en que se hacen convocatorias realmente grandes (en los últimos meses se han solicitado alrededor de 100 nutricionistas para este tipo de trabajos), éstas no sean cubiertas. De súbito, se podrían considerar tres razones para explicar esta situación: a) el trabajo se desarrollaba fuera de Lima y para muchos la idea de trabajar en provincia no es muy atractiva; b) la imagen y los prejuicios que se tienen sobre el trabajo comunitario no es favorable; y c) el sueldo que se percibe es insuficiente. Con detenimiento, quizás es mucho más lo que se puede decir sobre este tema, puesto que en un contexto tan poco alentador parecería como que la única alternativa de trabajo atractiva sea aquella desarrollada en el área clínica. Analicemos a continuación algunos aspectos más.
 
Posibilidades de crecimiento profesional Al nivel clínico las posibilidades de crecimiento son muy reducidas. Para empezar, si sumamos la cantidad de Nutricionistas que trabajan en los hospitales de Essalud y de MINSA, el total no representa ni el 15% de todos los nutricionistas egresados y colegiados. Es más, en lugar de qué el número de colegas trabajando en estas instituciones se incremente, con el paso del tiempo más bien se ha reducido. En Essalud se cuenta con un sindicato que está tratando de impulsar mejoras en las condiciones laborales de los colegas; en Minsa no lo hay. La mayor posibilidad de crecimiento, a la que se puede aspirar hasta el cierre de esta edición, dentro de un hospital es la jefatura del servicio de Nutrición con una larga fila de aspirantes con mayor antigüedad. Con recursos humanos así de reducidos, los únicos que realmente están en contacto con un paciente haciéndole seguimiento y monitorización, son los internos de nutrición que hacen rotaciones hospitalarias, puesto que los profesionales contratados o nombrados tienen tanta carga de pacientes y administrativa que muchas veces no pueden siquiera pasar una visita completa, por lo tanto, el concepto de tratamiento individualizado y de observación de resultados, se diluye en el tiempo.
 
A nivel comunitario, no existen estadísticas claras sobre cuántos profesionales laboran aproximadamente en esta área debido a que nunca se ha llevado a cabo un censo profesional. Sin embargo, las oportunidades de trabajo son más abundantes. Se puede laborar en consultorios comunales y centros de atención de primer nivel pertenecientes a las direcciones de salud de todo el Perú; en Organizaciones no gubernamentales que tengan entre sus estrategias de desarrollo la línea nutricional; en las instituciones que manejan directamente los aspectos relacionados con la nutrición y la alimentación como CENAN y PRONAA. En todos los casos, las posibilidades de crecimiento profesional son mayores y las probabilidades de asumir el liderazgo en la toma de decisiones es mucho mayor. En PRONAA y CENAN, por ejemplo, muchas direcciones y gerencias están a cargo de nutricionistas.
 
Aspecto económico Sea a nivel clínico como comunitario todavía no existe correlación entre los sueldos percibidos y el trabajo que se desarrolla. Quienes son nombrados reciben sueldos por encima de los 2500 nuevos soles, mientras que quienes son contratados pueden recibir sueldos entre 700 y 1200 nuevos soles. Aunque estas distorsiones se presentan en casi todas las áreas de la salud, en nuestro caso son aún más pronunciadas. Sin embargo, es conveniente aclarar que el desempeño del profesional puede abrir puertas que en teoría no estaban dirigidas para él, algo que de hecho sucede con frecuencia en el desarrollo y evaluación de proyectos. Además, para la gran mayoría, percibir un sueldo en provincias puede ser mucho mejor que estar en Lima y no percibir nada.
 
Aspecto intelectual Es verdad que el trabajo comunitario, como se desarrolla hoy en día, aleja al Nutricionista del ejercicio intrínseco de la carrera. También es cierto, que es mucho más fácil encontrar información sobre manejo nutricional de una persona sana o enferma en un hospital que en una comunidad. Sin embargo, esto no es consecuencia directa del trabajo comunitario, todo lo contrario es consecuencia directa del enfoque que el profesional desee darle a su labor diaria. Por mucho, el trabajo comunitario se ha restringido a recolectar información sobre peso, talla y a llenar extensas formas administrativas que distraen al nutricionista de su labor esencial, el contacto con la población. Lamentablemente, las discusiones de casos que se pueden presentar tanto a nivel clínico como comunitario, terminan siendo escasas en ambos casos.
 
Probablemente podríamos encontrar muchas más diferencias entre el acercamiento clínico y el comunitario. Sin embargo, ambas áreas son en esencia lo mismo. La base clínica, bioquímica, fisiológica y fisiopatológica de la Nutrición es la misma en los dos enfoques, tan solo cambia la forma en la cual se aborda al sujeto de la intervención y el tiempo en el que se podrán observar los resultados. La complejidad de los casos y la posibilidad de aprender están presentes en ambos lados. Si bien es cierto que la labor comunitaria no posee las mismas comodidades que la labor clínica, no por ello significa que sea menos atractiva. En un país donde casi todos hacen las cosas por rutina, sería oportuno empezar a trabajar en la forma apropiada.
 
Tal vez algunos consideren que esta no sea la mejor manera de enviar un saludo a los colegas por su día, sin embargo, estamos convencidos que parte de la celebración debería incluir una análisis objetivo de lo que hemos logrado, lo que nos hace falta y lo que podemos lograr. A veces parece como si viviéramos en una realidad paralela diferente a la nuestra, asumiendo que estamos bien o regular en muchos sentidos cuando en realidad, a pesar de que las cosas han mejorado todavía es insuficiente. El desarrollo de nuestra carrera dependerá de la madurez que podamos tener como grupo profesional para asumir que tenemos dificultades en diferentes ámbitos que, no obstante, pueden superarse con esfuerzo y convicción. La nutrición está de moda y lo estará por mucho tiempo, no por ello tenemos que esperar más tiempo para asumir los retos que nos impone. La apertura del Perú al mundo, a través de los tratados de libre comercio no solo permitirá el intercambio de productos sino también de servicios, de profesionales, de talentos. No importa si el cambio tarda años, lo importante es empezar desde ahora. Felizmente, la discusión bizantina entre nutrición clínica y comunitaria, tiene ahora nuevos aires, con la incursión de los nutricionista en el trabajo de deporte, en los servicios de alimentación, en la docencia universitaria de post-grado, en la investigación, en la consultoría especializada etc.
 
“He dejado estás últimas líneas para hablarles a título personal. Es difícil transmitir emociones utilizando palabras. Me gustaría que pudiesen ver, como lo hago yo cada día, las posibilidades que esta hermosa carrera puede ofrecernos. Nos alejamos de ella, cuando asumimos las cosas en la forma en que se hacen a diario y no en la forma en que se deberían hacer. Nos acercamos a ella, aprovechando cada una de las oportunidades que nos ofrece, asumiendo los retos de manera profesional y sobresaliente. Estoy orgulloso de ser Nutricionista por todo lo que creo no habría podido conseguir teniendo otra profesión. Porque me levanto a diario a hacer lo que me gusta a pesar de los problemas que se puedan presentar. Porque a pesar de algunos comentarios negativos que a veces nos inunda, la nutrición está llena de gente positiva y proactiva. Porque gracias a ella, he conocido a algunas de las personas que más admiro y quiero. Porque no sé si podré devolverle algún día todo lo que en este tiempo me ha dado”
 
6 de Agosto del 2008 Feliz día del NUTRICIONISTA colegas
 
 
Robinson Cruz Gallo
Director Renut

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