La
impedancia eléctrica es una medida física que describe la oposición que se
genera en un conductor determinado al paso de la corriente eléctrica; sin esta
medida, no se podría entender el funcionamiento de dispositivos eléctricos ni
electrónicos. La impedancia eléctrica, como se desprende de lo citado, no es
una medición que nació dentro del área de la salud y aunque se conoce desde
mediados del siglo XIX, recién en la década de 1960 el físico fránces Thomasset
la adecua para ser empleada en tejidos biológicos; en ese momento nace la
Impedancia Bioelectrica (1)-bio por
medirse en tejidos vivos-.
Si al
cuerpo humano se le introduce una pequeña corriente eléctrica alterna por un
extremo a través de un emisor y luego se mide cuanto es lo que llega a un
receptor ubicado en el otro extremo, la diferencia entre ambas medidas se denominará
Impedancia (Z), cuya fórmula matemática se expresa de la siguiente manera: (Z)2 =(R)2 +
(Xc)2. Ahora bien, el valor de esta disminución (la cantidad de
corriente que no llegó al receptor) obedecerá a la interacción de 2 elementos
en el cuerpo: la resistencia (R) y la reactancia (Xc).
La resistencia
(R) representa el valor de oposición, resistividad o mala conductividad del
medio; es decir, si un tejido tiene más agua la resistencia al paso de la
corriente alterna será menor y si el tejido tiene menos agua la resistencia al
paso de la corriente alterna será mayor; el tejido graso y óseo contienen poca
agua, son malos conductores (alta resistencia); mientras que el tejido muscular
(rico en agua intracelular), los fluidos intra y extracelulares son muy buenos
conductores (baja resistencia) (2).
La reactancia (Xc), por otro lado, está dada en función del número de
interfases celulares que la corriente alterna deba atravesar; es decir, que
mientras mayor sea el número, el tamaño y la integridad de las membranas
celulares del cuerpo, mayor será la reactancia; por esta razón, la reactancia
es una medida del estado nutricional del individuo.