En un poco más de 60 años de vida
universitaria, las Ciencias de la Nutrición y el profesional de la Nutrición latinoamericano
han debido enfrentar y enfrentan retos que han servido para delimitar su
personalidad y la forma en que son percibidos por los demás profesionales de la
salud y la sociedad en general. No obstante y a pesar de los grandes progresos
que hemos alcanzado en términos de formación académica, innovación tecnológica,
desempeño laboral y ámbitos de trabajo,
todavía hay una tarea larga y pendiente.
En este contexto, el intrusismo es
probablemente uno de los temas más álgidos y complejos de tratar, porque en la
mayor parte de los casos implica algún grado de confrontación con profesionales
de la salud de otras especialidades y lo que es peor, afecta al Nutricionista/Nutriólogo
(dependiendo de la denominación del país) desde el punto más austral hasta el
más nórdico de nuestro continente.
Pero ¿Qué es el intrusismo?
El
diccionario de la Real Academia Española define al intrusismo como: “Ejercicio de actividades profesionales por persona no
autorizada para ello.” (1). Este
término fue originariamente empleado para describir la intromisión que llevaban
a cabo curanderos, chamanes o charlatanes (todos individuos sin formación
académica en salud) en la labor profesional del médico y otros profesionales de
la salud (2); sin embargo, a la
larga también ha servido para describir la superposición de actividades que se
puede presentar entre los mismos profesionales de la salud.
En este sentido,
el intrusismo afecta en diferente medida a prácticamente todos, ¿la razón?, nosotros
(los profesionales de la salud) tenemos un ancestro común: el médico original
que poseía “todo el conocimiento” relacionado con la curación. En realidad,
aunque decir “todo el conocimiento” pueda parecer exagerado, en la práctica era
cierto; en los inicios de la labor del médico, el conocimiento disponible era
sumamente pequeño, por tanto, podía ser asimilado y administrado por una sola
persona; de hecho, así fue por muchos siglos. Con la implementación del método
científico y el desarrollo de ciencias como la Bioquímica, la fisiología o la
física, el conocimiento empezó a crecer de manera desproporcionada y surgió, recién
en ese momento, la necesidad de crear nuevas especialidades que tomaran para
sí, todo aquello que el médico original ya no podía manejar por sí solo. En este
entorno es que nacen las ciencias de la salud y nacen también las primeras
pugnas por definir cuál sería el límite profesional de cada una de las
incipientes especialidades. Hoy en día y después de siglos de evolución y
desarrollo, todavía abundan las controversias por definir el límite de cada
área, como por ejemplo, las diferencias de opinión entre gastroenterólogos y
anestesiólogos para determinar quién debería administrar la anestesia en una
endoscopia; entre enfermeras y obstetras para determinar quién debería hacerse
cargo del recién nacido; entre psiquiatras y psicólogos en relación a la
administración de tratamientos, por citar algunos casos.
¿Pero qué tan severo es el intrusismo en Nutrición?
Es bastante severo.
La pugna por límites profesionales comentados líneas arriba están referidas, en
la mayor parte de los casos, a la decisión sobre el uso de procedimientos o
normas disponibles. Sin embargo en Nutrición, el tema es bastante más peliagudo
porque un número significativo de profesionales de la salud se sienten
capacitados a abordar temas relación con la Nutrición sin haber sido formados
en la materia. Recientemente, se acaba de aprobar en Perú, una ley que faculta
a los profesionales de Enfermería a abrir consultorios particulares para la
atención de pacientes, algo que indudablemente contribuirá a fortalecer su
labor. Sin embargo, también ha aparecido publicidad donde se ofrece la Nutrición
como un servicio más de estos consultorios. Del mismo modo y con más frecuencia
en los últimos años, se ofrecen servicios de Nutrición suministrados por
profesionales de la salud que no cuentan con formación especializada en la
materia. Desde el entrenador amateur en un gimnasio hasta una clínica
especializada en patología psiquiátrica se ofrece la Nutrición administrada por
profesionales de la Salud que no son Nutricionistas/Nutriólogos.
¿A qué obedece una situación tan delicada?
1. Existe una fuerte confusión en el uso de los términos Nutrición y
Alimentación. La Nutrición está
abocada al estudio de las características Bioquímico-Metabólicas de los
nutrientes y su impacto en la salud y la lucha contra la enfermedad tanto en
sujetos aparentemente sanos como enfermos. La Alimentación, por otro, lado está
abocada al estudio de los Alimentos, su cuidado, higiene, preparación y, por
supuesto, su contenido en nutrientes. Cuando alguien habla de Nutrición debe
referirse exclusivamente al manejo de energía y nutrientes para diferentes
situaciones clínicas: aminoácidos (aromáticos, ramificados, asufrados, ácidos o
básicos) ácidos grasos (saturados, insaturados, cadena corta, larga, mediana,
cis, trans, esenciales, no esenciales, esteroles, terpenoides, etc); sacáridos
(azúcares, oligosacáridos, polisacáridos); micronutrientes (tipos,
biodisponibilidad, receptores), además de otros nutrientes alimentarios (fibra,
pigmentos, flavonoides) y todas las relaciones de interacción que se pueden
presentar entre todos estos componentes. Cuando alguien habla en términos
alimentarios, se referirá básicamente a
recomendaciones sobre el consumo de grupos alimentarios, comer carne o no,
leche o no, frutas o verduras a diario, 8 vasos de agua y otras tantas
sugerencias parecidas.
2.
Para bien o para mal, los Nutricionistas/Nutriólogos
(dependiendo de la denominación del país) administramos información que cruza
transversalmente a prácticamente todas las otras especialidades de la salud. Sin importar donde ponga la mirada, usted encontrará un
concepto de Nutrición que puede serle útil para prevenir o mejorar una condición clínica existente en un paciente sea
esta patológica o no. Por citar algunos ejemplos (solo referidos a energía y
macronutrientes), podemos mencionar:
Ø Establecemos las estrategias alimentarias
(adecuación de consistencia) que se ajusten a los diferentes grados de disfagia
existentes.
Ø Establecemos la adecuada proporción entre proteínas,
lípidos y otros componentes alimentarios en el Tratamiento Nutricional de la
Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico.
Ø Establecemos las estrategias Nutricionales y Alimentarias
en el Tratamiento Nutricional de la Gastritis (en todos sus variantes), la
úlcera péptica y la reintroducción de alimentos en resección gástrica.
Ø Establecemos la adecuada proporción, introducción y
progresión de nutrientes en situaciones clínicas como el Síndrome de Intestino
corto o la enfermedad de Crohn.
Ø Establecemos la Estrategia Nutricional para la selección
del tipo de aminoácido, aromático o ramificado, el tipo de grasa (cadena medio
o no) y el tipo de carbohidratos en pacientes como patología hepática.
Ø Establecemos la Estrategia Nutricional para la
incorporación de Nutrientes por la vía enteral en pacientes con pancreatitis
aguda severa que ha sido sometidos a ayuno forzado.
Ø Establecemos las Estrategia Nutricional y Alimentaria
para el manejo de las alteraciones del peso y/o la composición corporal.
Ø Establecemos la Estrategia Nutricional y Alimentaria para
el manejo del tipo de ácido graso (corta, media, larga, omega 3 u omega 6) así
como las características del carbohidrato que deberá estar incluido en las
alimentación de personas con algún tipo de dislipidemia, tomando en cuenta que
las proporciones de estos elementos pueden variar significativamente de una
dislipidemia a otra.
Ø Establecemos la Estrategia Nutricional y Alimentaria para
el control del índice y la carga glicemia así como las pautas para el control
de la composición corporal en pacientes con Diabetes Mellitus.
Ø Establecemos la Estrategia Nutricional y Alimentaria para
la administración de energía, control de proteína, lípido y carbohidratos en
los diferentes estadios de la Enfermedad Renal Crónica y formas de diálisis.
Si bien la lista es larga (aunque
podría extenderse significativamente más), solo hace referencia a aspectos
puntuales de ciertas patologías, no incluye las Estrategias que se deben
considerar para el caso de pacientes que presenten varias patologías a la vez;
no incluye las estrategias a tomar en cuenta para la dosificación y uso clínico
de Micronutrientes, fórmulas enterales, fórmulas infantiles; no incluye las
Estrategias Nutricionales y Alimentarias a tomar en cuenta en el Cuidado
Nutricional del individuo aparentemente sano ni temas puntuales como Evaluación de
la Interacción entre Nutrientes y fármacos o todo el abanico de conceptos
asociados con la Nutrición y el deporte.
3.
Los alimentos son el principal vehículo de nuestras
intervenciones. Lo cual, para
pesar de los Nutricionistas/Nutriólogos, ha contribuido a rodear su trabajo de
un aura injustificada de banalidad e ineficacia. Lamentablemente, “todos
comemos” lo cual de alguna manera nos hace expertos en alimentos; como cuando
se ve un partido de fútbol, voleyball o tenis y como espectadores nos
convertimos en expertos connotados en la materia. Para la mayoría de
profesionales de la salud un pan, una taza de arroz, un camote o un plátano, no
son más que alimentos, no obstante, estos alimentos tienen el poder de modificar
significativamente la glicemia, dependiendo de la cantidad consumida, el grado
de cocción, el nivel de maduración o si se comen solo o acompañados. Ni que
decir de las fórmulas enterales, las denominadas “leches”: muy pocos están
convencidos que su uso prolijo es capaz de producir la recuperación de un
paciente en unos pocos días y, mucho menos, que su uso inadecuado puede llevar
a un paciente al estado crítico en cuestión de horas.
¿Qué podemos hacer los Nutricionistas/Nutriólogos?
Ø Deberíamos convencernos que el intrusismo no se combate
solo con confrontación, ni haciendo procedimientos complejos, ni marchas, ni
leyes; todo aquello puede ayudar pero no solucionará el problema.
Ø Deberíamos combatir el intrusismo a través de la
información, la difusión, mostrando a todo nivel lo que una Nutrición
profesional es capaz de hacer por las personas, pero no solo en términos
Alimentarios sino también en términos Nutricionales.
Ø Deberíamos hacer un Mea Culpa para terminar de ponernos de
acuerdo en algunas cuestionas básicas: los alimentos no son el único vehículo
de los nutrientes, existen fórmulas y suplementos que bajo ciertas
circunstancias son más poderosas que el alimento mismo; conocer el peso y la
talla de una persona, no tiene utilidad alguna si se busca una intervención
eficiente, es mucho mejor conocer la composición corporal obtenida a partir de
instrumentos estandarizados; la bioquímica debe ser la madre de todas nuestras
intervenciones de modo que puedan ser más eficientes y concretas.
Ø Es bueno que todos conozcan conceptos generales de alimentación
(que en la práctica son los vendidos y proporcionados por aquellos que dicen hacer Nutrición), pero el concepto de
Nutrición es exclusivo del Nutricionista/Nutriólogo.
Antes de
finalizar, nos gustaría que medite un minuto sobre lo siguiente: el poder que
tienen los nutrientes de cambiar la bioquímica del cuerpo para bien o para mal,
solo se puede aprovechar si la persona que lo administra tiene una adecuada
formación académica tanto teórica como práctica. La lectura informativa de un
artículo o un libro no hace al individuo especialista en Nutrición; el uso parcial
o aislado de uno u otro concepto en Nutrición, termina casi siempre, siendo un factor
que retrasa significativamente la recuperación de una persona.
Robinson
Cruz
Director
IIDENUT
Nutricionista
Clínico
Especialista
en Bioquímica Nutricional
Referencias
Bibliográficas
2.
Heimerdinger Antonio Clemente. Intrusismo y
ejercicio de la medicina. Gac Méd Caracas [Internet]. 2001 Oct
[citado 2016 Abr 08] ; 109( 4 ): 541-545. Disponible
en: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0367-47622001000400011&lng=es.
Sin duda una muy buena publicación, me motiva a seguir avanzando y actualizar mis conocimientos y también a difundirlo a mis demás compañeros
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